El ejecutante para interpretar fielmente una obra, debería estar
poseído del mismo estilo del autor, penetran de un modo u otro su pensamiento, si
no se hubiese inventado un instrumento que indica con precisión las más pequeñas
diferencias de velocidad.
El metrónomo sirve para indicar el movimiento, la velocidad de
un trozo musical pero un artista ejecutante no debe nunca ceñirse a un ritmo constante,
justo y preciso. La expresión, el saber “frasear” es muy importante en música.
El metrónomo es un instrumento. Consiste esencialmente en un movimiento
de relojería provisto de un péndulo.
Colocado el contrapeso a la altura del nº60, el péndulo realizara
60 oscilaciones por minuto.
Bajando el contrapeso hasta el nº120, el péndulo realizara 120
oscilaciones empleará medio segundo. Estas oscilaciones se perciben netamente por
el oído.
Permite por medio de una campanilla señalar cada primer tiempo
del compás. La exacta observación del movimiento, tiene una gran importancia en
la interpretación de una obra musical un trozo ejecutado tanto con demasiada velocidad
como con demasiada lentitud, perdería su aire, su verdadero carácter y la intención
del autor por tanto desnaturalizada.
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